lunes, 8 de mayo de 2017

Historia de un veratense ilustre:

Últimamente se ha puesto muy de moda (afortunadamente) poner monumentos en nuestra Ciudad para honrar y recordar a sus hijos ilustres, como el de Ángel de Haro en la puerta de la Iglesia.

Pues bien, otro de esos monumentos consiste en un monolito con un busto que preside una fuente frente a la Ermita de la patrona (no se me ocurre un lugar mejor, veremos por qué). A priori, no hay ninguna placa, ningún grabado, absolutamente nada que nos indique de quién se trata ese busto de rasgos tan peculiares que se halla flanqueado por tres relieves: un Cristo Yacente, un San Cleofás y un San Juan (los más aficionados a la historia de la Semana Santa de Vera ya sabéis de sobra de quién hablo).

Autoretrato del Padre Vera
Se trata del Padre José María de Vera, un personaje tan desconocido como (al menos para mí) enigmático al que todo cofrade veratense que se precie debería de conocer (afirmación que en seguida quedará justificada).

El Padre Vera, nació como Alfonso Ramón y Uribe en un cortijo a las faldas del Espíritu Santo (era de Vera, muy de Vera, eso es indiscutible) en el año 1912.

Fue un fraile capuchino que perteneció a la provincia capuchina de Barcelona, donde pasó gran parte de su vida y se formó artísticamente. Su autodidactismo se complementa con lecciones por parte de los maestros del novecentismo catalán Josep Clará y Manuel Hugué. La mayor parte de su obra se encuentra en Vera, Cataluña, Navarra y País Vasco. Como obras más importantes destacan el antiguo Misterio del Ecce Homo de Tarragona, un grupo escultórico de gran tamaño de la Asunción de la Virgen en Falset (Tarragona) y; en nuestra Ciudad, las imágenes del Cristo Yacente de las Angustias, San Cleofás, la Magdalena de la Hermandad de Jesús y el antiguo San Juan de la Hermandad que lleva su nombre.
Antiguo Misterio del Ecce Homo de Tarragona,
Obra del Padre Vera

Ecce Homo, de la Hermandad del Santo Ecce Homo (Tarragona)















Como sabemos, aquella maldita Guerra del 36 se llevó mucho…demasiado. Anteriormente nuestro patrimonio cofrade era notoriamente extenso, con gran cantidad y variedad de representaciones iconográficas y, por supuesto, antiquísimas. Después de la Guerra el patrimonio de las Hermandades quedó mermado (la Hermandad de Jesús fue reducida a cenizas, literalmente) por lo que, si tenemos en cuenta el período en que el Padre Vera ejerció su labor, entenderemos la verdadera significación de ésta: su enorme contribución a recuperar, al menos en parte, lo perdido durante el Conflicto.

San Cleofás en su tradicional
procesión el 25 de septiembre
San Cleofás, patrón de Vera, obra del
Padre José María de Vera

















No todos los pueblos tienen el privilegio de ver procesionar imágenes creadas por un orihundo y, por si fuera poco, el Padre Vera es el imaginero que más obras tiene en Vera (cuatro).

Antigua imagen del anterior titular
de la Hermandad de San Juan
Evangelista
Antiguo titular de San Juan Evangelista















El Padre José María de Vera puso a disposición de su pueblo natal su trabajo, para que el mismo pueblo pusiera su devoción a la obra por él creada y así, poco a poco, sobre los cimientos que humildemente nos dejó en la década de los 50, ir reconstruyendo lo que un día fue nuestra Semana Grande.

Imagen mariana del Padre Vera
en País Vasco
El Padre Vera continúa siendo un personaje con cierto halo de misterio (por lo menos para mí), aunque ya no por desconocimiento, sino más bien por admiración y por curiosidad acerca de toda su vida. Esta pequeña mención constituye mi humilde homenaje a un hombre que ha entrado (y con las puertas abiertas de par en par) a mi lista de personas a las que me hubiese gustado conocer. 

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